miércoles, 7 de noviembre de 2007

Charles Sheffield. Proteo

Iván F. Balbuena está rescatando en Memorias de un friki, su siempre interesante blog, algunas reseñas que escribió hace años, en las que valoraba, con una cierta brevedad, las primeras obras de género fantástico con las que se encontraba. Casualmente, ha comenzado por uno de mis autores de ciencia ficción preferidos, el británico Charles Sheffield, y eso me ha venido al pelo para traer hasta "Literatura en los talones" la crítica que hice de uno de sus libros. En la labor de adecentarla un poco, me he encontrado con cierta perplejidad ante un aficionado tipo que, en algunas cosas, no coincide con el de ahora mismo, y en el que veo algunos de los vicios de otros lectores con los que ya no concuerdo. En resumen, que me he dado de bruces con Kaplan antes de ser Kaplan.
Por una parte, no me desagrada. La vida del lector es como la vida propia, un aprendizaje continuo. Todos evolucionamos, ¡y ay de quien no lo hace! Pero no he podido evitar preguntarme, una vez más, qué pasaría si volviera a releer ciertas novelas y relatos que atesoro como mágicos en el recuerdo. ¿Perderían su magia o la reforzarían?



En 1994, el británico Charles Sheffield reunía en un solo volumen dos novelas propias desarrolladas en un mismo universo y lo publicaba bajo el título de Proteus Combined. Ese mismo año, Miquel Barceló decidía, casualmente, hacer lo mismo en su colección Nova, y lanzaba al mercado Proteo, un ómnibus con idéntico contenido. Todo un acierto a mi parecer, tanto por la calidad que atesoran ambas novelas como por la relación directa entre ellas. Y también por alguna cuestión más de la que hablaré más tarde.
Proteo está compuesto por la primera novela de Sheffield, Sight of Proteus, escrita en 1978, y por Proteus Unbound, un reencuentro con el mismo protagonista escrito, con un tono diferente, diez años más tarde. En Sight of Proteus asistimos al avance de la ya desarrollada tecnología de cambio de formas, un proceso que permite a los seres humanos tomar otro aspecto físico dentro de los límites marcados por la ley, la cual trata de impedir cualquier alejamiento excesivo del modelo original mediante el denominado "test de humanidad". Bajo tal premisa, Bey Wolf, uno de los agentes encargados de mantener el orden, iniciará la persecución de una persona excepcional que intenta ir más allá en el uso de la citada tecnología. Todo desembocará en el descubrimiento de una vieja y desconocida especie perdida en el tiempo.
La siguiente novela, Proteus Unbound, regresa, años después, al mismo escenario para presentarnos a un Bey Wolf deambulante por las partes bajas de la ciudad, aquejado de una extraña locura. Una nueva misión, que parece guardar cierta relación con su enfermedad, le llevará a los límites exteriores del Sistema Solar. Una vez allí, tendrá que investigar las extrañas averías descubiertas en los tanques de cambio de formas propiedad de los habitantes humanos. Bey acabará involucrado en una lucha entre distintas facciones que pondrá en peligro la estabilidad de todo el sistema. Ambas novelas resultan abrumadoramente amenas y se leen de tirón, como ocurre casi siempre con las obras de este autor. En ellas, el amante de la ciencia ficción hard encontrará sin duda una plétora de sugestivas ideas científicas, aderezadas con una trama detectivesca que se abre magistralmente a la intriga y con algunos buenos momentos de acción. Ambas novelas coinciden, además de en el escenario, en su caudaloso despliegue de imaginación e irrefrenable amenidad, aunque también cuentan con marcadas diferencias.
Decía al comienzo que hay otros puntos, además de los obvios, que convierten en más interesante si cabe la naturaleza doble de este volumen. El principal es asistir a la primera novela del autor británico y comprobar cómo en 1988, y por tanto con diez años más de experiencia, retorna a aquel universo construido en sus comienzos para observarlo desde una perspectiva totalmente distinta y más veterana. En Sight of Proteus, Sheffield nos muestra el abanico de ideas que luego irá destripando en obras posteriores. Allí se encuentran los asteroides explotables y con hábitat interno de La telaraña entre los mundos; el tiempo lento que daría vida a la que es para mí su mejor obra, Entre los latidos de la noche; el motor utilizado en las Crónicas de McAndrew; y, por supuesto, ese personaje que tanto le gusta y que representa el triunfo de la inteligencia y el individualismo frente a los estamentos humanos, llámese Roger Capman, Darius Regulo o similares. Se trata de una novela cuyo estilo recuerda por momentos al del gran Arthur C. Clarke, y cuya única nota negativa se encuentra en su inconcluso final, tras el que da la impresión de haber podido estirar más la historia, o por lo menos, haberla sellado totalmente. Lo realmente reseñable es que la continuación, escrita una década después, decide coger el testigo desde una perspectiva de aventuras, pero sin olvidar la contundencia de esas maravillosas ideas hard que tan bien sabe desarrollar. Proteus Unbound Charles Sheffieldentra de lleno en la intriga detectivesca que tan buenos resultados le diera a Isaac Asimov en sus tiempos. El referente es importante porque señala una intención global de homenaje, ya que, si recordamos la anterior, vemos que ambas novelas están inspiradas directamente en los dos grandes maestros.
Es un hecho que la pericia de Sheffield está a la altura de su imaginación, y sin embargo, hay sectores muy importantes dentro del mundillo del género que siguen sin tenerle en cuenta. Quizá la razón de ello estribe en que hay lectores que consideran que el exceso de divertimento es incompatible con la trascendencia, que es imposible contar con tanta amenidad algo verdaderamente importante, y que su estilo es más propio de un escritor de best-sellers a lo Crichton que de un autor importante de ciencia-ficción. Lo cierto es que si miramos otros candidatos a lo largo de la historia, sorprende que Charles Sheffield nunca haya estado nominado a un premio Hugo o Nebula en la sección de mejor novela.
Quien se acerque a las páginas de Proteo, pasará un rato divertido e incluso puede que llegue a maravillarse por alguna de las ideas que contiene. Yo, particularmente, espero con ansiedad la publicación en nuestro país de Proteus in the Underworld, la continuación escrita por el autor en 1995 y protagonizada por el inigualable Bey Wolf. En Proteus Unbound, un misterio obsesiona al protagonista: ¿quién es el Hombre Negentrópico? Al personaje le hubiera bastado con enfocar la vista hacia su creador para darse cuenta de que el Hombre Negentrópico, el escritor de ciencia ficción que mejor combate la entropía devoradora de la imaginación, era el propio Charles Sheffield.



Esta reseña fue publicada anteriormente en el Sitio de Ciencia-Ficción y en Bibliópolis, crítica en la red.

2 comentarios:

  1. Visto lo visto, es posible que le de una oportunidad a "Proteo" algún día. Y estoy de acuerdo con tu reflexión sobre el paso del tiemopo y los gustos lectores. A mi me está pasando lo mismo con aquellas reseñas que escribí hace doce años. Sin ir más lejos la que acabo de subir sobre "Al Final del Invierno" de Robert Silverberg.

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  2. La serie de Proteo es mi favorita, hasta el dia de hoy no me he topado con una que me haya agradado tanto, Behrooz Wolf es un personaje unico y muy entretenido.
    Es el segundo blog en el que me topo con alguna reseña de esta saga.
    Saludos!!!

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