Tal como señala Julián Díez en un artículo publicado en C, la literatura y el cine dedicados al fantástico han mostrado desde el principio un indiscutible apego a la creación de series prolongadoras, hacia ambos lados del tiempo, de los acontecimientos narrados en una primera novela de éxito. Mi querida Eve, al igual que el grueso de incondicionales del género, siente gran afición por ellas. Ahora mismo está a punto de acabar el penúltimo eslabón (hasta el momento) de la serie de ciencia ficción por antonomasia, la que recoge el vasto e imaginativo universo originado en Dune.
Yo, al contrario que ella, no soy un devoto del reencuentro con escenarios y nombres. Disfruto más con los nuevos conceptos, con la originalidad. Aunque no le hago ascos del todo a consumir este tipo de productos, prefiero las series temáticas, cuya relación entre libros es difusa, que las dedicadas a estirar el argumento. En general, trilogías como, por poner un ejemplo, las de William Gibson, me seducen mucho más que aquellas que se limitan a seguir lo que acontece a unos determinados personajes en lugares ya conocidos. He seguido con interés alguna serie de carácter intermedio, como el Ciclo del Centro Galáctico, de Gregory Benford, pero cuanto más me he acercado a la serie arquetípica (caso del Mundo del Río, de Philip José Farmer, o de la continuadora bilogía de Endymión, de Dan Simmons), más he acusado la sensación de estiramiento mercantil, de producto industrial.
Yo, al contrario que ella, no soy un devoto del reencuentro con escenarios y nombres. Disfruto más con los nuevos conceptos, con la originalidad. Aunque no le hago ascos del todo a consumir este tipo de productos, prefiero las series temáticas, cuya relación entre libros es difusa, que las dedicadas a estirar el argumento. En general, trilogías como, por poner un ejemplo, las de William Gibson, me seducen mucho más que aquellas que se limitan a seguir lo que acontece a unos determinados personajes en lugares ya conocidos. He seguido con interés alguna serie de carácter intermedio, como el Ciclo del Centro Galáctico, de Gregory Benford, pero cuanto más me he acercado a la serie arquetípica (caso del Mundo del Río, de Philip José Farmer, o de la continuadora bilogía de Endymión, de Dan Simmons), más he acusado la sensación de estiramiento mercantil, de producto industrial.
La serie de Dune es un caso espectacular. Epítome de esta modalidad en la ciencia ficción, añade además carácter de franquicia, pues a los seis libros creados originalmente por el autor se le han sumado, de momento, nueve más escritos a medias por Brian Herbert, su hijo, y Kevin J. Anderson. Hagamos un recuento, siguiendo la cronología interna de la serie:
Leyendas de Dune
La Jihad Butleriana
La cruzada de las máquinas
La batalla de Corrin
Preludio a Dune
Dune. La Casa Atreides
Dune. La Casa Harkonnen
Dune. La Casa Corrino
Serie original
Dune
El mesías de Dune
Hijos de Dune
Dios emperador de Dune
Herejes de Dune
Casa Capitular Dune
Dune 7
Hunters of Dune
Sandworms of Dune
Material adicional
The Road to Dune
Frank Herbert es el responsable de los seis libros que componen la serie original, en los que están contenidos todas las ideas y conceptos que dan vida a este complejo universo. El resto, creado a cuatro manos por Brian Herbert y Kevin J. Anderson, tiene su origen, según aseguran, en bocetos y apuntes perdidos, escritos por el autor antes de morir. Muchos de ellos, supongo, no fueron creados con la idea de dar vida a una precuela, sino que se trataba más bien del sustrato sobre el que Herbert, al igual que la mayoría de los escritores, fue construyendo y buscando la coherencia en escenarios y personajes, es decir, esa labor invisible que muchos lectores desconocen, y que convierte la escritura en un trabajo tan laborioso como cualquier otro.
No he leído entrevistas ni artículos al respecto, ya que mi interés por la serie original de Dune no superó los tres libros, pero me inclino a pensar que su multiplicación proviene más de los deseos del hijo que de los del padre. Puesto que las dos trilogías anteriores constituyen una precuela, es decir, retroceden hasta los comienzos de un universo ya constituido, y narran, precisamente, acontecimientos ya citados en la serie original, se puede decir que el verdadero trabajo de los sucesores ha sido el de rellenar huecos, alargar y dar consistencia a un material previamente creado. Ese material originario, las ideas y conceptos principales, los escenarios, los personajes, las tramas a gran escala, proceden de Frank, así que siempre he guardado dudas sobre la capacidad como creadores de Herbert hijo y de Anderson.
Esa es la cuestión, lo que nos lleva hasta lo que quería contarles. Recientemente, ambos escritores han terminado Dune 7, que es como han decidido llamar a la bilogía que, se presume, concluirá la amplísima historia de Dune, tras 14 libros y un puñado de cuentos. Eve está terminando de leer Hunters of Dune, la primera parte de esa última parte. Como dije, ella disfruta bastante con la exploración exhaustiva de universos previamente visitados. Es muy aficionada a las series y ha cogido la lectura con ganas. Por un lado, quiere saber qué pintaban aquellos dos extraños viejos con los que papá Herbert cerraba misteriosamente la sexta y definitiva -al menos en aquél momento- entrega; por otro, quiere, necesita más bien, cerrar una lectura que ya se extiende hasta cerca de las 10.000 páginas, saber cómo demonios acaba todo.
A mí, particularmente, estos dos libros me pueden ofrecer la respuesta a una duda, la ocasión para comprobar la auténtica capacidad creativa de ambos autores. Evaluar cómo continúan la historia sin depender de la idea previa de su creador. Ver qué nuevos escenarios, qué tramas, qué personajes originales se sacan de la manga para dar carpetazo a la serie de todas las series. Por supuesto, estaría loco si me pusiera a leer (y en inglés) la decimotercera parte de algo por las buenas, sin conocer los libros anteriores, sin apenas recuerdos de los tres que leí hace veinte años, así que cuando Eve se acercó hace un par de noches para susurrarme el devenir de su lectura, más o menos a mitad de libro, agucé bien los oídos.
- ¿Qué tal va? -le pregunté.
- Qué curioso -me dijo sorprendida.- ¿Sabes lo que han hecho con tecnología tleilaxu?
- No, ¿qué han hecho?
- Han clonado a todos los personajes. Todos vuelven a ser protagonistas.
Hoy, Eve ha acabado el libro. Por supuesto, piensa hacerse con el último*, Sandworms of Dune, en cuanto salga en bolsillo. Dos días después, me sigue preguntando por qué, la otra noche, solté aquella estridente carcajada.
- ¿Qué tal va? -le pregunté.
- Qué curioso -me dijo sorprendida.- ¿Sabes lo que han hecho con tecnología tleilaxu?
- No, ¿qué han hecho?
- Han clonado a todos los personajes. Todos vuelven a ser protagonistas.
Hoy, Eve ha acabado el libro. Por supuesto, piensa hacerse con el último*, Sandworms of Dune, en cuanto salga en bolsillo. Dos días después, me sigue preguntando por qué, la otra noche, solté aquella estridente carcajada.
* El último, el último... Parece ser que ambos autores ya han anunciado una nueva trilogía que se denominará Heroes of Dune y estará situada entre los libros Dune y El mesías de Dune. Las novelas se titularán Paul of Dune, Jessica of Dune e Irulan of Dune. Lo pillan, ¿verdad?
¡Si Pablo Escobar levantara la cabeza!
ResponderEliminarYo tampoco pasé de "Hijos de Dune". Aparte de que la manera de escribir del señor Herbert no me engancha mucho que digamos.
Vista tanta continuación y tanta precuela, lamento todavía más que al amigo Alejandro Jodorowsky no le dejaran hacer su delirante versión cinematográfica, que prometía no dejar piedra sin remover en ese universo para desesperación de los frikis.
Empezaba con el duque Leto Atreides toreando en una plaza y sufriendo una cogida que desembocaba en castración. Y eso era sólo el comienzo...
A mí que sea el mismo autor el que siga contando las historias me parece bien siempre y cuando se mantengan unos baremos de originalidad o exista una planificación previa del autor que lo exija, como creo que ocurre con los ciclos originales de Dune. Otra cosa es cuando los herederos (ahora aparte del hijo de Herbert me viene a la cabeza el hijo de Tolkien) se dedican a continuar la obra de los padres. Eso en principio me parece una tomadura de pelo.
ResponderEliminarDe todos modos, creo que este tipo de franquicias a la cifi y la Fantasía le han hecho mucho más daño que a otros géneros donde no suelen darse.
Rayos, abuelo, juro que cuando hice la reseña de "El fin de Hyperion" no conocía eso que cuentas:
ResponderEliminarhttp://www.bibliopolis.org/resenas/rese28_8.htm
Y claro, Pablo, a eso me refiero. Lo que hacen estos señores es seguir por seguir, exprimir la vaca hasta que deje de dar leche. Vale que para contar el pasado sean fieles al original, pero para narrar el futuro esperaba una cierta inventiva, algo propio, original. Resucitar a todos los personajes es de risa. Aunque igual me estoy equivocando y lo han hecho de miedo. Quizás sea eso, precisamente, lo que desea el seguidor de estas sagas, endogamia argumental.
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