Esta mañana de domingo, al salir a la calle para no ir a misa, me he percatado de que habían adherido un cartel con celofán en una de las paredes del soportal. Su contenido me ha llamado mucho la atención. No por el tema del que trata, el de esos arboricidas sufragados por el Ayuntamiento que todos los otoños asordan las calles madrileñas, sino por su corrección extrema en la escritura y en la redacción. Llámenme cínico o descreído, pero en mi visión actual de las cosas, este tipo de actitudes por parte de las instituciones representa la normalidad. La otra, la contraría, la de la honestidad, es la que ahora se puede considerar noticia.
Así que no, lo que me ha conmovido de la nota no es el asunto reivindicativo, sino su perfecta escritura, a estas alturas algo muy raro de ver, ya no en los escritos callejeros, sino en la propia prensa. La reproduzco aquí para que juzguen ustedes mismos.
Después, durante mi paseo dominical, he podido comprobar que en todos los portales de la calle lucía esta hojita blanca. Naturalmente, tras su debido escaneo, he bajado a colocarla de nuevo en el sitio donde la encontré.
Después, durante mi paseo dominical, he podido comprobar que en todos los portales de la calle lucía esta hojita blanca. Naturalmente, tras su debido escaneo, he bajado a colocarla de nuevo en el sitio donde la encontré.
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