Del gran número de artículos que se han publicado con motivo del fallecimiento de Naguib Mahfuz, me quedo fundamentalmente con dos datos, importantes por lo que representan. Uno: Mahfuz sigue siendo el único escritor premiado con el Nobel en lengua árabe, lo que demuestra su enorme categoría como literato. Dos: su condición de condenado a muerte por el fanatismo religioso al abogar en sus escritos y declaraciones por la paz, la libertad y la igualdad de derechos desde el laicismo. Estos sucesos revelan su carácter de escritor comprometido y valiente.
Tanto por su maestría literaria como por su condición humana, la desaparición de Naguib Mahfuz supone una gran pérdida. El escritor muere, pero su obra permanece.
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