jueves, 31 de marzo de 2011

Imágenes de cf. VIII


"Esta noche había en el aire un olor a tiempo. Tomás sonrió. ¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste y unas gotas sucias que caen sobre cajas vacías y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a qué se parecía el tiempo? A la nieve que cae calladamente en una habitación oscura, a una película muda en un cine muy viejo, a cien millones de rostros que descienden como esos globitos de Año Nuevo, que descienden y descienden en la nada. Eso era el tiempo, su sonido, su olor. Y esta noche (y Tomás sacó una mano fuera de la camioneta), esta noche casi se podía tocar el tiempo."



"Llegaron al canal. Era largo y recto y fresco, y reflejaba la noche.
- Siempre quise ver un marciano - dijo Michael -. ¿Dónde están, papá? Me lo prometiste.
- Ahí están - dijo papá, sentando a Michael en el hombro y señalando las aguas del canal.
Los marcianos estaban allí. Timothy se estremeció.
Los marcianos estaban allí, en el canal, reflejados en el agua: Timothy y Michael y Robert y papá y mamá.
Los marcianos les devolvieron una larga, larga mirada silenciosa desde el agua ondulada..."


2 comentarios:

  1. Recuerdo que en la serie de televisión esa frase la pronunciaba Rock Hudson

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  2. Sí, la volví a ver hace pocos años. Siendo un poco cutrecilla ejercía un extraño efecto de fascinación.

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