El día 13 de este mes Literatura en los talones cumplió un año en la Red. Es un hecho que el crecimiento siempre lleva aparejados cambios, así que he decidido que el bueno de Ben no volverá a aparecer nunca más. Su vida ha sido más breve aún que la de Alberto Caeiro, pero puede descansar satisfecho, porque ha cumplido con creces la labor para la que fue engendrado.
Aunque no lo olvidaré, sí echaré de menos su ilusión. Y de vez en cuando, como en la segunda parte de la entrada anterior, mis reflexiones supurarán una cierta nostalgia, un desencanto por el cambio de los tiempos que será realmente el suyo.
Aunque no lo olvidaré, sí echaré de menos su ilusión. Y de vez en cuando, como en la segunda parte de la entrada anterior, mis reflexiones supurarán una cierta nostalgia, un desencanto por el cambio de los tiempos que será realmente el suyo.
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