martes, 23 de enero de 2007

Robert C. Wilson. Mysterium

Toca rescatar reseña, en este caso de Robert Charles Wilson, uno de los autores que mejor han sabido dar continuismo a la ciencia ficción tradicional de componente hard, aquella que convirtiera en clásicos del género a escritores como Arthur C. Clarke, Poul Anderson o Larry Niven. Canadiense de origen, Wilson siempre tiene algo interesante que ofrecer en sus novelas. Aunque muestra un interés preponderante por las ideas, jamás escatima recursos en la construcción de personajes. En comparación con su más afamado compatriota, Robert J. Sawyer, y sus ineficaces intentos de conjugar ambos elementos mediante el abuso de problemas personales y chascarrillos friquis, Wilson manifiesta ser un escritor de mayor empaque. Actualmente, es el último ganador del premio Hugo con la novela titulada Spin.

MysteriumAlgunas ideas son tan atractivas que pueden dar vida a varias historias distintas. Eso parece pensar Robert C. Wilson, de quien La Factoría de Ideas vuelve a publicar una de sus principales obras, la más importante si a los premios conseguidos nos remitimos. En Darwinia, el autor canadiense presentaba como punto de partida la sustitución, de la noche a la mañana, del continente europeo por una jungla desconocida, y las consecuencias que semejante desaparición provocaban en el resto del mundo. En Mysterium, obra anterior menos pretenciosa y sugerente pero mejor acabada, se encuentra en origen la misma idea, aunque enfocada desde la perspectiva contraria, la de los desaparecidos. Sin embargo, a pesar de compartir la misma premisa de salida -el cambio de lugar de un punto geográfico determinado-, ambas novelas se diferencian notablemente en sus argumentos y derivan temáticamente hacia horizontes distintos.
El traslado involuntario de ciudadanos de finales del siglo XX a un mundo atrasado de fuertes connotaciones religiosas y militares –una mezcla de nazismo e inquisición- otorgan a Wilson la posibilidad de realizar un ejercicio distópico que discurre en su mayor parte dentro de los límites de lo que podríamos llamar literatura de “campo de concentración”.
Al contrario que otros escritores del género, el canadiense opta por no recargar planteamientos ya descritos, cosa en la que podría haber incidido radicalizando la historia y convirtiéndola en una alegoría del Holocausto. Afortunadamente, se decanta por la sencillez argumental, y profundizando lo justo en la nueva sociedad que describe, huyendo del inútil relleno de decorados, dirige su atención hacia los personajes y, en ultima instancia, cerca del final, hacia el elemento hard de la historia. Un elemento que, por cierto, se antoja bastante simple y consta, como no, del obligatorio aderezo cuántico. El detalle curioso lo representa un paradójico personaje central, un agnóstico que alcanza su plenitud a través del gnosticismo helénico.
Mysterium es, sin más, una novela agradable de leer, sencilla y entretenida.


2 comentarios:

  1. fijate que yo la lei y estoy totalmente de acuerdo contigo. De hecho el tema parece ser una constante en las obras de Wilson. Si leiste DARWINIA veras que tiene mucho en común, al desaparecer Europa y aparecer en su lugar un continente misterioso con fuertes conotaciones lovecrafianas, al menos al final.
    y también tengo LOS CRONOLITOS que por ahi va, pero en fin...

    ResponderEliminar
  2. De Wilson he leído todo menos Spin, que espero merendarme muy pronto. Es sin duda uno de los escritores más interesantes de la actual cf clasicota. "Los cronolitos" es lo que más me ha gustado jasta el momento. Veremos qué tal está el Hugo...

    ResponderEliminar