jueves, 15 de septiembre de 2022

Omelas en C

El mayor éxito de este blog tiene más de diez años. Se trata de la traducción más o menos libre que hice del poema 
There Will Come Soft Rains, escrito por la poetisa norteamericana Sara Teasdale. Le dediqué una entrada entonces por cuánto me gustaba (sigue estando entre mis preferidos), porque dio título a uno de los mejores cuentos incluidos en las Crónicas marcianas de Ray Bradbury (el conocidísimo Vendrán lluvias suaves) y porque me pareció un buen homenaje al escritor de Waukegan en el día posterior a su fallecimiento. Si no recuerdan el texto o, simplemente, tienen curiosidad, pueden ustedes aumentar el fenómeno pulsando en este enlace.
Bien, la inusual cantidad de visitas que recibe esa entrada, que en el histórico del blog casi doblan a las de la segunda (la reseña de Meridiano de sangreuno de los dos mejores libros que he leído en mi vida), no se debe al interés despertado por Teasdale o Bradbury. El 90% de las personas que han llegado ahí lo han hecho por motivos relacionados con el poema, pero por causas distintas. A saber: buscando una canción de igual título de la banda mexicana Austin TV; debido a una película argentina homónima de cf; a causa de otro filme norteamericano de terror, “El bosque de los suicidios”, en el que se citan los últimos versos del poema, y también, por supuesto, gracias a esa secuencia del videojuego Fallout 3 en la que un robot lo recita entero. Todas esas personas han acudido a esa entrada por motivos muy diferentes al que yo pretendía, pero lo que cuenta es el resultado. El poema escrito por Sara Teasdale, cuya inspiración nace de la destrucción y mortandad producidas en un mismo año por la Primera Guerra Mundial y la Gripe Española, mantiene de este modo su presencia en unas pocas personas más un siglo después de su escritura.
Esta suerte de efecto presumiblemente aleatorio se da continuamente en nuestro tiempo, y creo que no va a parar de crecer. He utilizado otro ejemplo significativo de esta concatenación de sucesos sin aparente relación, un proceso que me fascina, como introducción de un artículo publicado en C, la web de crítica literaria, en el que abordo "The Ones Who Walk Away From Omelas", el magnífico relato pergeñado por Ursula K. Le Guin, de cuya creacion se celebrará, el año que viene, el cincuentenario. La idea de escribir algo sobre él me vino, más que por el aniversario, al ver la edición ilustrada que Nordica Libros había sacado recientemente. Es un tipo de libros que cada vez se ven más y que reciben críticas desde algunos sectores por la inusual relación que presentan entre cantidad y precio. La creciente publicación de cuentos ilustrados en los últimos años ha concitado pequeños debates sobre el equilibrio entre la poca extensión del material ofrecido y su precio de venta. A mí me sorprende que, siendo algo que lleva décadas haciéndose con normalidad en el mercado infantil, no sea juzgado de la misma manera en el de adultos. 
Respetando todas las opiniones, si muchas veces compramos libros en formato de lujo solo por cuestiones estéticas, que acabamos releyendo en la edición viejuna de la que no nos deshicimos en su día (sinceramente, ¿alguien ha releído a Lovecraft en los mamotretos de Valdemar Gótica o los ha dejado embelleciendo la estantería mientras tiraba de sus viejos Alianza de bolsillo?), no veo diferencia en tener una edición de lujo de un cuento adorado que, además, debido a su brevedad, se puede leer sin necesidad de ir antes a un gimnasio. Muchos años después, exótica cuestión personal que ya expresé en la entrada Una cuestión de peso, me sigue llamando la atención que la literatura y otros productos culturales se cobren en términos de tonelaje y longitud y no por su calidad. Que esta posibilidad alternativa no sea siquiera motivo de consideración depende, únicamente, de lo flexible que es el concepto de “calidad”. Y del gusto de cada uno, obviamente. Prefiero pensar de este modo que no aceptar la obviedad de que la literatura se busca y se paga al peso.
Retomando el hilo, pueden ustedes leer el artículo en el que exploro algunas interpretaciones del cuento de Le Guin y su indudable vigencia si hacen click en este enlace: En torno a Omelas.




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