El caso es que ahora tengo dos cuentos traducidos a esta peculiar lengua. El anterior, titulado La donanto, lo escribí a medias con Jorge, y fue publicado en la revista de cf Sferoj nº8, casualmente impresa en Santander, ciudad a la que luego me han unido tantas cosas, hace casi 30 años. Es curioso cómo a veces el tiempo te permite bañarte, muchos años después, en el mismo río. La recepción de esta revista ha servido de colofón perfecto al tríptico postapocalíptico que he publicado en C durante la cuarentena, que me sentí impelido a escribir tras una sequía que parecía eterna y que para mí será un recuerdo más de este año tremendo, tras el cual nada volverá a ser lo mismo. Dejo aquí los enlaces a las tres entradas. El primero lleva al cuento, el segundo a un artículo de tesis y el tercero a un juego de falsos amigos entre lecturas y realidad.
miércoles, 14 de octubre de 2020
Tríptico postapocalíptico en C
Hace un par de entradas les informaba de que habían publicado en C, la web con la que colaboro de Pascuas a Ramos (bendita paciencia, Nacho), un pequeño cuento de autoficción que había escrito y en el que relataba mi experiencia de los días más duros de confinamiento, en los que seguí asistiendo a mi lugar de trabajo y pude, por ello, experimentar en carne propia el vacío pandémico de una gran ciudad, tal y como el personaje de una novela de ciencia ficción lo habría hecho. Pues bien, a Jorge Camacho, poeta, intérprete y viejo amigo de tiempos de instituto, le gustó el relato hasta el punto de proponerme traducirlo al esperanto, que siempre me ha parecido un lenguaje, por deliberado, suscrito a la utopía, tan desconocido hoy como cuando lo conocí hace ya casi medio siglo. La idea era publicarlo en una revista literaria con la que él guarda una relación de bastantes años. Ni pude ni quise negarme, claro.
La revista Beletra Almanako (Almanaque de Bellas Letras) me ha llegado esta semana. Es el número 38, así que lleva ya un largo recorrido. Está editada con gusto y tiene el aroma de la literatura. Contiene entrevistas, cuentos, poemas, artículos e incluso sección necrológica, y asemeja el formato de la casi eterna Revista de Occidente, o del Reader's Digest, ya puestos. Al ojearla he recuperado la agradable sensación que da ver tus palabras publicadas en papel, perdida hace años y que ya tenía olvidada, y también me ha venido a la memoria Artifex, revista de porte semejante que nunca logró del todo ser considerada como tal, debido principalmente a que solo presentaba cuentos. He recordado otros intentos, como Jabberwock o como Framauro, que apenas duraron dos números, y he pensado que es una lástima la poca longevidad que, famosas excepciones aparte, han tenido siempre proyectos semejantes dentro de la ciencia ficción. Personalmente, para la literatura siempre me han gustado más las publicaciones de este tipo que aquellas otras repletas de ilustraciones en papel satinado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario